Semana 8: Una decepción y una gran sorpresa

La vida sigue y Álex ya tiene más claro qué hacer con la suya. Tiene una gran idea en mente. Todo empieza por adecentar un poquito su vertedero y hacerlo más presentable, aunque la visita al mercadillo también le ha venido muy bien para comprar alguna que otra cosilla que necesitaba.

Con la faena hecha va directo al karaoke, como no. Con lo que le gusta a este hombre se pone a cantar sin miedo a lo que puedan edcir los demás por sus múltiples gallos, pero, ¡oh! ¡sorpresa! Que estando allí nos encontramos con nuestra buena amiga Diana. Si es que estos dos siempre acaban juntos. Se supone que son amigos, en eso quedaron, ser solo amigos. Entonces no resulta raro si le invitamos a cantar alguna cancioncilla juntos, ¿no? Sea raro o no, se lo pasaron de miedo.

Ah, ya de paso le dijimos que se pasara mañana por casa, y que trajera al resto de vagabundos, que tenemos una sorpresilla para ellos.

El lunes al fin nos llega la tan esperada carta. Por fin sabremos si nos dejan seguir ampliando la familia o seguiremos con nuestra soledad compartida con las perras.

La respuesta es clara: no nos dan al niño. Pobre Álex. Ahora que empezaba a levantar cabeza esta noticia ha vuelto a undirle, solo le faltaba eso. Él, que ya se pone triste por cualquier cosa. Seguro que lo han rechazado por vivir en un contenedor. Ahora la idea de mudarse se vuelve más importante, porque sí, a nuestro chico le ronda esa idea por la mente.

Pero no podemos dejarnos llevar por la melancolia, que hay una fiesta que preparar. La comida ha llegado, así que ya está todo listo.

Llegan nuestro amigos, comemos, bebemos y nos reunimos junto a la hoguera para explicarles ya de una vez esa gran sorpresa que tenemos que darles. Álex se muda. Ha ahorrado algo de dinero y sabe que necesita dejar atrás su vida de vagabundo para poder empezar a formar su propia familia, algo que le ha quedado todavía más que claro después de que le negaran la solicitud de adopción; pero ha invertido mucho esfuerzo en conseguir todo lo que tiene y arreglar su hogar. No quiere que eso se pierda. Así que ha decido ofrecérselo a sus amigos para que no tengan que seguir malviviendo en las calles.

«Pues sí, chicos, a partir de mañana toooodo esto sera vuestro.»

Diana: Me pido la cama grandeee...

Álex: Venga, entrad, que os enseño los cambios que he hecho. Ahora hay un par de literas para que podáis dormir todos.

CONTINUARÁ...

Extras

Dejo por aquí un par de imágenes para que se vea como ha quedado al final la casa.