Semana 7 (I): Mal de amores y una retirada a tiempo

Se acabaron las vacaciones y toca regresar a la rutina diaria, aunque parece que hay alguien que ha estado echando de menos a nuestro hombretón. Si es que Mia es todo un amor.

Es tan adorable que merece formar parte oficialmente de la família. Además, así también le hará compañía a Álex, que la necesita. Tal y como están las cosas con Diana necesita a alguien con quien desahogar sus penas, aunque ese alguien sea un perro. Hasta puede que no sea el único que acabe adoptando.

Está claro que ya nunca más volverá a estar solo, ni siquiera en el baño. Ahora tiene a alguien que lo cuida de él, lo vigila, vela por sus sueños y lo querrá para siempre incondicionalmente.

Aunque ser uno más también significa más trabajo, pues ahora tiene que sumar a la lista de tareas sacar a pasear a Mia; y encima como es fin de semana toca recolectar firmas. Pero también es verdad que siempre podemos aprovechar el paseo para acercarnos al contenedor y ponernos a buscar material compostable para fertilizar el jardín. Si en el fondo, si uno se organiza bien, puede hacerse de todo.

Ha sido todo un logro poder conseguir las placas solares y los molinos de viento para poder contar con algo de electricidad extra y que no nos suban tanto las facturas; y que no nos pongan multa por incumplir el plan de acción de energias renovables, claro. Pero de poco nos van a servir si no las mantenemos en perfecto estado. Así que otra tarea más a la lista de cosas que hacer. Si es que este hombre no hace más que trabajar.

Parece que no es el único que decide mantenerse ocupado, porque mientras él anda liado con las tareas, Mia va en busca de tesoros que puedan ayudar a su adorado dueño aunque eso suponga acabar cubierta de mugre. Ahora habrá que bañarla. ¿Pero qué importa sumar otra tarea más tras verla aparecer con esa cara de felicidad?

Le recolección de firmas va viento en popa. Parece que las mujeres del barrio ya no le ponen pegas cuando se les acerca carpetita en mano, ni siquiera la Katrina 2.0. Pero se siente, ya dijimos que no seríamos tus amigos y así va a seguir siendo. Solo queremos tu firma.

Puede que Mia sea la niña de nuestros ojos, pero eso no significa que no quede amor para alguien más. Gumersinda es otra perrita que a aparecido tras el viaje y que la primera vez que vió a Álex se lanzó a sus brazos. ¿Así como no va a ser también cariñoso con ella y dedicarle algo de tiempo? Si es que por algo decimos que va a acabar con una gran família de perros.

Es tarde y, tras haber echo las últimas incursiones del día en la basura, toca darse un bañito antes de meterse en la cama. Es entonces cuando a nuestro sim le asalta la melancolía y se da cuenta de lo solo que está. Sin Diana, sin las personas de su antigua vida, sin ningún amigo cercano con quien poder compartir sus logros, las alegrías e incluso las penas. En definitiva, nadie con quien compartir su vida.

Al día siguiente decide alejarse un poco de casa e ir a un lugar que tenía pendiente desde que llegó al nivel 10 de manitas. La gruta olvidada.

Pasa un par de días allí, con su nueva tienda de campaña. Buscando rocas, piedras y minerales tanto en el interior como fuera, en el parque. Así es como conseguimos avanzar un poco más en la aspiración de coleccionismo, que no había manera de encontrar cristales, pero ahora ya los tenemos todos. El resto será coser y cantar. Más o menos. Que completar la colección de ranas nos va a costar un pelín.

Ya que estamos por la zona. ¿Por qué no ir a visitar a nuestra vieja amiga? Está claro que necesitamos compartir nuestros problemas amorosos con alguien y ella es la persona con quien tenemos más confianza.

Nada más llegar nos encontramos con una sorpresa. Mina (esa es Mina, ¿no? siempre las confundo) se está dando una duchita al natural. Porque por supuesto, tenía que llover estando nosotros por ahí. Así que Álex va y decide hacerle compañía duchándose el también. Así que aquí los tenéis, una tan normal y el otro con la animación buggeada que parece un asesino en serie.

Después del remojón se ponen a hablar, ya dentro de la casa, eso sí, que no vayan a acabar empapados. A alguien se le suelta la lengua y acaba despotricando de todo lo que le está pasando.

―Pero a ver. ¿A ti te parece normal hablarme de todo esto cuando no nos conocemos de nada?

―Es que no tengo a nadie más a quién contárselo.

―Pues chico, sube a hablar con mi madre, que para eso has venido. Pero deja de darme la turra a mi.

Eso mismo es lo que acaba haciendo. Vuelve a desahogarse y, tras un abrazo que intenta animarlo, ella le da su consejo.

―En realidad es muy fácil. Solo tienes dos opciones.

―No se si quiero saber cuales son.

―Puedes aceptar su forma de vida o no hacerlo.

―Ya... ―Tampoco es que le hubiera revelado nada nuevo.

―Aunque claramente te lo digo, no creo que acostarse con varias personas sea algo tan malo. Y si quieres yo podría echarte una mano con eso. Ven, verás qué rápido lo entiendes.

¿Podía tener razón? ¿Había algo de malo en tener más de una relación siempre y cuando todos supieran lo que se cocía y estuvieran de acuerdo con ello? Se dejó arrastrar a la habitación de Katrina. Era plenamente consciente de lo que iba a suceder allí, pero aún así se dejó hacer.

Habría podido suceder. De nuevo habría podido dejarse llevar por las palabras de su amiga, pero por suerte había alguien más en la habitación y los gritos que le lanzó Katrina a su hija (¿Nina?) para echarla fueron el detonante que le hizo volver a entrar en razón y que cancelara la acción de su lista de tareas. Bruno se había salvado. De nuevo. Nos quedó muy claro que no quería nada con Katrina.

Después de eso salió de allí como alma que lleva el diablo y regresó a casa, junto a su nueva compañera.

―Ay, Mia. Tú si que eres una buena amiga y me quiere de verdad. Creo que eso es lo que yo necesito. Amor.

Si algo había sacado en claro de su viaje era eso. No era solo la compañía de Diana lo que buscaba, era más, mucho más. Deseaba la complicidad que solo se tiene con esa persona especial, el calor y el amor que solo los más allegados pueden darte. Quería recuperar lo que había perdido: el amor de una familia.

CONTINUARÁ...

FOTO BONUS

El regreso de Vlad.

Sí. Vlad volvió. Todo peripuesto con su traje formal y sin joyos. Obviamente para intentar convencernos que sigue siendo un vampiro serio, la mar de malvado, un vampiro al que hay que temer y respetar. Pero no, lo siento, no cuela. Ya hemos visto la verdadera cara de Vlad y no se nos puede convencer de lo contrario. Vlad es un vampiro fashion al que le va la marcha. No hay más que hablar.