Nota: Como este es un reto que hago conjuntamente con mi madre no estoy haciendo miles de fotos para registrar la historia y poder contarlas por aquí más tarde. Simplemente nos dedicamos a jugar y de vez en cuando hago fotos, no siempre me acuerdo de hacerlas así que puede haber momentos “importantes” en los que se me haya pasado hacerlas. Por eso el modo de narración de esta historia será un poquito diferente.
Vuelve a ser domingo. Ya hace una semana sim que nuestro chico vagabundea por las calles de Evergreen Harbor y, chico, ha llegado la hora de arremangarse y ponerse a trabajar, que necesitamos cositas para vender.
Así que, con esa idea en mente cogemos un bus que nos lleva directos hacia la Cantera de la Parca, que se ve que los vecinos de allí han optado por poner un centro de fabricación y pues mira, que a nosotros nos va a venir muy bien.
Enseguida se nos pega una mujer diciendo que es nuestra mentora de fabricación, pero oye, que yo no lo tengo tan claro. Me da que sabemos nosotros más que ella.
Pues según las instrucciones tienes que...
Déjate de instrucciones. Tu deja que yo ya se lo que me hago. ¡Hay que escuchar la madera! ¡Sentirla!
No sé como acaba rodeado de mujeres. Si es que este chico es un imán; y ahora que está limpito, pues más. Pero no. Él no le hace caso a ninguna. Está demasiado centrado en trabajar, bueno, en trabajar y que su mente solo puede pensar en una chica.
Es hora de ponerse a investigar esta máquina tan chula. Parece muy sofisticada pero oye, que no es tan complicado como pensaba.
¿Y esto? ¿Qué le pasa ahora? Voy a ver si...
Noooo, Alex, ¡no toques eso!
¡Aaaaaah!
Ya está, no nos ha hecho caso y la máquina se lo ha tragado. Mira que te lo advertí.
Después del remojón, mejor dejamos la máquina un ratito y hacemos otra cosa. ¡La recicladora está libre! Corre Alex aprovecha ahora. Que yo no sé que obsesión tienen estos sims con el reciclaje pero siempre hay alguien ocupando el cacharro este.
Luego a dormir. Que hoy hemos trabajado mucho y bien que nos merecemos un descanso. Mañana más.
Por la mañana hay que aprovechar que seguimos por aquí para continuar haciendo cositas. Esta vez probaremos a ver que tal se nos da eso de hacer velitas.
¡Ay va la hostia! ¡Cómo quema esto!
En la siguiente tanda, Alex acaba tan tan concentrado con su velita, intentando no quemarse de nuevo, que ni se da cuenta de que la maquina infernal se cobra otra víctima y no ve como Blossom acaba siendo lanzada por los aires. Lo siento, pero no me das lástima. Eso te pasa por no dar las gracias cuando te salvan de la muerte. Karma se llama.
Pues nada, que alguien se ha cansado de andar quemándose cada dos por tres y, más chulo que un ocho, ha decidido volver a probar suerte con la maquina tiquismiquis-tragagente. Se cree que va a conseguir dominarla, pero uy, qué equivocado está.
Vuelve a acabar tragado, escupido y en el suelo. Pero eso no hace más que cabrearlo y se encabezona en que él va a conseguir fabricar un sillón con esa maquina sí o sí, aunque tenga que ser escupido mil veces.
¡Por mis huevos que lo consigo!
Se ve que Megumi se da cuenta de eso, y de que así no va a conseguir nada, así que se acerca a ayudarlo.
Ey, tranquilo. Despacio, despacio. Que estas máquinas tienen mucho genio y hay que saber tratarlas.
Pues parece que esto se le da bastante mejor que la carpintería porque al final sí, gracias a su ayuda, ¡lo conseguimos! Ha costado tres intentos pero ya lo tenemos: un silloncito para nuestro descampado.
Tras semejante proeza es mejor retirarse, acabar con el buen sabor de la victoria y no darle la oportunidad a la dichosa maquinita de obtener la revancha, así que sale a dar una vuelta por el barrio (o para el que sepa leer entre líneas: gorronear a los vecinos). Pero, de nuevo, en la casa que teníamos pensado instalarnos y pasar la noche (por eso de que no podemos estar dos noches seguidas en el mismo solar) está el dueño plantado en la puerta sin intención de irse.
Pues nada. Toca entretenerse un poquito y hacer tiempo. Vamos a pescar. ¡Y oye! Que al hombre le hemos debido dar envidia o algo porque se viene también. Perfecto. Mientras esté entretenido podremos hacer uso de su jardín.
Lo primero primerísimo de todo es comer. No hemos pescado nada pero eso no nos impide hacernos un delicioso pescado a la brasa. Que al final de delicioso no tiene nada, aquello es lo más asqueroso que hemos comido nunca y eso que llevamos una semana sacando la comida de la basura, pero es lo que tiene tener la habilidad de cocina al mínimo.
Y tan entretenidos estamos llenando nuestro estómago que no nos acordamos de apagar la fogata y ya sabéis que el fuego se descontrola y... pues eso... que sin quererlo hemos provocado un incendio en casa de este señor. Pero no pasa nada. Lo apagamos en un plis plas, que tampoco es la primera vez.
Por suerte el señor no se ha enterado, sigue pescando tan tranquilo ajeno al desastre que ha ocurrido en su casa, así que podemos seguir aprovechándonos de todo lo que hay en su patio y, pues qué quieres que te diga, esas tumbonas se ven muy cómodas y nuestro vagabundo necesita pegarse una buena siesta después de tremendo susto.
Pero hoy es un día en que el Karma ha decidido cebarse con la gente y por mucho que lo intente no hay manera de pegar ojo. Es que es una pesadilla tras otra, cada vez que cierra los ojos. ¡Así no hay quien descanse!
Que no, que no hay manera. Mejor nos levantamos y hacemos algo de provecho, darse un bañito en la piscina o yo que se. ¡Ups! Que sale el señor de la casa y casi nos ve. ¿Pero este? ¿Cuándo a vuelto? Nada, hay que salir y hacer tiempo hasta que vuelva a entrar.
Tarda un rato, porque nos ha robado la idea de hacer unos largos en la piscina, como se nota que está jubilado y no tiene horarios, porque eso de salir a darse un bañito a las cuatro de la madrugada no puede hacerlo cualquiera. Al final se va, menos mal, así que enseguida volvemos para hacernos otro pescado a la brasa. Esta vez conseguimos no quemar nada, aunque nos sigue saliendo igual de malo. Puaj.
Sabéis el dicho: el que juega con fuego se quema; pues nuestro chico no se ha quemado pero lo acaban pillando. El hombrecito vuelve a salir, que digo yo que este debe tener insomnio o algo, y nos pilla in fraganti mientras nos aseamos en su fregadero exterior.
Pero oiga, ¿que hace aquí? No habrá sido usted quien me ha quemado los muebles, ¿no?
¿Qué? ¿Yo? Para nada. Yo esto me lo he encontrado así.
Ah... Bueno... Bueno...
Bueno es lo que resulta ser este señor. Cosa que nos viene de perlas, ¿Por qué sabéis lo que eso significa?
Ahora no solo nos podemos quedar, sino que también podemos entrar y acomodarnos en el interior de la casa. ¡Podremos ducharnos y dormir en una cama!
Mucho mejor que una ducha, es una bañera y, ya que estamos, pues añadir unas cuentas burbujas no está nada mal. Que bien. Que relax. Esto es casi como estar en un spa.
Pero oiga, señor, ¿qué hace aquí dentro? ¿No ve que estoy en mi momento zen? ¿Y como que esto no es apropiado? ¡Pero si me ha invitado usted!
Por no seguir oyéndolo salimos, pero caemos redondos al suelo víctima de esas pesadillas que no nos han dejado dormir ni una pizca. Al volver a levantarnos, aturdidos, nos vamos directos hacia una cama, la que sea, sin importarnos acabar en la habitación de niña pequeña ni preguntarnos por qué este señor tiene un cuarto así si parece que vive solo. No nos importa. Solo queremos dormir y la promesa de una cama es suficiente para evitarnos hacer preguntas.
De nuevo por la mañana, aunque es más bien por la tarde, gorroneamos algo de la nevera porque, aunque yo esperaba que el buen señor cocinara algo no ha querido hacerlo. Así que comemos viendo la tele y hablando con Bo, que así se llama el señor, deleitándonos con nuestro sándwich.
No podemos disfrutar mucho más de estos lujos porque a Bo le ataca el sueño de golpe y cae redondo al suelo. Es que buen hombre, eso de no dormir por las noches pasa factura.
Nosotros mejor nos vamos. Ya si eso volveremos otro día.
CONTINUARÁ...
Q día más fructífero corazón!! Menos mal q aún quedan personas buenas en este mundo y nuestro vagabundo por fin ha dormido en una camita decente!! 👏👏
Madre mia ese señor no duerme, ni jubilao se puede tener tanto trajin. Y pobre las pesadillas le persiguen si es hay cosas que cuestan superar 😢😢