Fin de semana: Duchas en Villagallina y una barrita rosa

Nota: Como este es un reto que hago conjuntamente con mi madre no estoy haciendo miles de fotos para registrar la historia y poder contarlas  por aquí más tarde. (Me apetece hacer una prueba para ver si después de tantos días con el aviso hay alguien que lo siga leyendo. Si es así, quien lea esto que deje un gatito en los comentarios). Simplemente nos dedicamos a jugar y de vez en cuando hago fotos, no siempre me acuerdo de hacerlas así que puede haber momentos “importantes” en los que se me haya pasado hacerlas. Por eso el modo de narración de esta historia será un poquito diferente.

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Es fin de semana y nuestro chico ya está más tranquilo porque tiene dinero para pagar las facturas del Lunes. Bueno, vale, las que estamos más relajadas somos nosotras, que él es un sim y ni siquiera piensa en estas cosas. ¡Pero eso da igual! Hay que seguir haciendo dinero y empezar a construir nuestra casita, que ya va siendo hora. Así que ha llegado el momento de hacer una excursión de ventas a Villagallina. Pero antes de irnos, mientras desayunamos de pie como bien suelen hacer los sims porque parece que nadie les ha enseñado a estarse quietecitos y sentaditos a la mesa, nos encontramos a un viejo conocido.

«Hombre, Bo, cuanto tiempo. ¿Cómo va ese insomnio?»

«¿Insomnio? ¿Por qué me hablas de insomnio?»

«Nada, déjalo. Oye, ¿te apetece venirte conmigo a Villagallina?»

«Ehhh... Bueno, vale.»

¡Ya estamos aquí! Con la lluvia de nuevo cayendo sobre nuestras cabezas y... a estas alturas ya sabemos todos lo que significa eso: ¡duchita al natural! Da igual que estemos en pleno centro de un pueblo donde nunca hemos estado, que nadie nos conozca o que queramos causar buena impresión; nuestra duchita bajo la lluvia es SA-GRA-DA.

Menos mal que hoy no le ha dado por ponerse en plan nudista o ya tendríamos a la Señora Culoprieto persiguiéndolo bolso en mano alrededor de la plaza.

Poco a poco deja de llover y empieza a salir el sol, lo que nos viene muy bien porque después de conseguir vender nuestras frutas y verduras por 1192§, aunque tengamos que reinvertir parte de las gananacias en comprar más frutas que plantar en nuestro cada vez menos humilde jardín, nos pegamos un buen bailecito de la victoria por lo bien que está acabando la semana. Si es que no hay nada como ser cabezota y perseverante para conseguir triunfar.

Puede que sea día de feria, pero en la plaza no hay mucho más que hacer. Aunque no podemos irnos tan pronto. Desde luego. Hay que aprovechar bien esos 20§ que nos ha costado el viaje, así que nos pegamos un paseito hacia "Nueva Villagallina la vieja" (¿lo he dicho bien?) y allí buscamos si hay algo interesante que poder recolectar. Sin embargo, parece que por aquí los vecinos tienen el mismo cuidado con las barbacoas que la familia Greenburg y empieza un incendio en el patio de los Watson. Pues mira, no. Esta vez se las van a tener que arreglar ellos solitos. Que paso de hacer de héroe del momento para que luego ni te den las gracias ni te inviten a cenar. Ni nada. No.

Nosotros a lo nuestro que al final se ha quedado muy buena noche. Mirad que luna más preciosa que viene a recordarnos que empieza a ser tarde y hay que volver a casa antes de las dos o vendrán a atacarnos los hombres lobo. Ah, no, que de eso no hay. Bueno, pero igualmente hay que volver o tendremos que quedarnos y pagar otros 20§ para volver al día siguiente. Anda, Álex, recoge una ranita más para la colección y vámonos ya.

Por la mañana lo primero que hacemos es aprovechar la lluvia para darnos otra duchita al natural. ¿Un baño dos días seguidos? No me lo puedo creer. Este sim nunca había estado tan limpio.

Después de cuidar del jardín Diana se presenta otra vez en casa y desayuna con nosotros, o más bien hace compañía a nuestro niño mientras él desayuna. Álex, tío, la próxima vez haz algo también para ella, un poco de cortesía hombre. Aunque mira, no parece que le haya sentado tan mal porque les ha surgido un nuevo sentimiento.

El resto de tareas, sin embargo, tienen que esperar a otro día, pues hoy hay mercado en San Myshuno y como nuevos vendedores con experiencia en la mesa de venta que somos, casi que estamos obligados a ir. Sin embargo, la lluvia parece que nos persigue y las ventas no van muy bien ya que no hay ni un alma por la calle. Nada. Mejor nos vamos. No vale la pena seguir perdiendo el tiempo, aunque si hay que hacerlo es mucho mejor gastarlo junto a Diana destrozando tímpanos ajenos en el Karaoke.

Sin embargo no se dedican solo a cantar. No. Ya que no siempre tienen la oportunidad de estar solos o de disfrutar de su compañía mutua sin estar pensando en la larga lista de tareas pendientes, así que esta noche dan rienda suelta a sus sentimientos y, tras un regalito y varios corazoncitos volando, estos dos sims se sienten más cercanos que nunca al haber aparecido, al fin, la barrita rosa entre ellos.

Desgraciadamente, todo tiene un final. Las horas pasan volando y ambos tienen que regresar a Evergreen Harbor. Álex invita a su reciente amor a pasar un poco más de tiempo junto a él, en su más que humilde basurero y sin ninguna otra intención que pasar unos minutos más los dos juntos, abrazados en el banco bajo la cálida luz de un farol.

CONTINUARÁ...

FOTO BONUS

La vida secreta de Vlad (parte II)

Pues nada, que mientras estaba la parejita coqueteando y haciéndose arrumacos entre si en la sala de Karaoke, pues voy y me encuentro nada más y nada menos que a Vlad cómo barman del local. Después de lo del otro día empiezo a pensar que este señor tiene una vida oculta que nada tiene que ver con su faceta de vampiro. ¿Será que no puede pagar los costes de su mansión y tiene que pluriemplearse? ¿En realidad el tipo de vida nocturna que lleva tiene más que ver con fiestas y desmadre que con tener poderes de control mental y darle mordisquitos a la gente? Mmmmh... Sea como sea, me da a mi que Vlad es un sim con más matices de lo que nos quiere dejar ver.