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Capítulo 4: Selvadorada, los baños omiscanos

Foto del escritor: Kiliara UniaKiliara Unia

Empezó un nuevo día llena de vitalidad y energía, así que Leila aprovechó para volver a acercarse al mercado haciendo un poco de footing. Una vez allí desayunaría, pero antes quiso darle las gracias a la madre de la cosecha por cuidar de ella en la jungla y pedirle que, por favor, continuara haciéndolo.

―Anda, Arturo, no sabía que trabajabas aquí ¿y dónde te has dejado las joyas?.

―Ja ja... Que graciosa. Pues mira, que hoy me ha tocado a mi cubrir el turno.

―Entonces ponme unos buñuelos de estos que tienen tan buena pinta, que hay que reponer fuerzas para la aventura.

―¿Vas a ir a buscar los baños de los que estuvimos hablando?

―Por supuesto.

Mientras comía, volvió a darse otra vuelta para cotillear que vendían esa mañana, pero todo era un poco más de lo mismo y no había ningún machete, así que al final se sentó a acabar el desayuno. Pero ni siquiera le dejaron disfrutar de su pequeño placer matutino tranquila.

―Hola, tú eres nueva por aquí, ¿cierto? ―una desconocida se sentó junto a ella y empezó a hablarle de forma exageradamente coqueta.

―Mmmh... Sí, así es. He venido de vacaciones.

―Lo sabía. Nunca olvido la cara de una chica guapa.

―Uy, sí, a mi me pasa lo mismo pero con los chicos guapos.

Pareció captar el mensaje y desapareció tan rápido como había venido. Perfecto, porque ella también debía ponerse en marcha, aunque no sin antes hacerse un buen selfi con su nuevo amigo selvadoreño.

Ya había allanado el camino el día anterior, así que esta vez no fue tan complicado adentrarse en la jungla y, gracias a las indicaciones de Arturo, llegar a los baños resultó increíblemente sencillo. Aunque parecía que algo no iba del todo bien. Tenía una sensación extraña y le habían salido unas curiosas manchas verdes en la piel. Pero seguro que no era nada, le abría picado algún bicho y estaría teniendo una especie de reacción alérgica o algo similar. Se le pasaría con el tiempo. Seguro. Mientras tanto pensaba disfrutar al máximo de aquel lugar y ¿que mejor manera de hacerlo que dándose un baño en cueros?

Ojalá hubiera podido compartir la experiencia con algún chico guapo, no habría estado mal hacerlo con Arturo; pero si después de haberle hablado del lugar, e incluso de indicarle como llegar, no le había propuesto acompañarla, le hacía incrementar sus sospechas de que no tenía ningún interés especial en ella.

De cualquier forma, siguió disfrutando por su cuenta e investigando hasta llegar a otra zona más profunda: una antiguo jardín justo al pie de una enrome construcción antigua. No había forma de acceder al edificio, aun así se encontró con una increíble sorpresa: un enorme cofre del tesoro. Necesitó de todas sus fuerzas para mover la pesada losa de piedra que lo mantenía cerrado, pero finalmente lo consiguió. Se hizo con el tesoro omiscano. ¿Quién era le mejor exploradora del simmundo? ¿Quién, eh? Pues ella por supuesto.

Estaba deseando ver la cara de Arturo cuando se lo contara, así que salió de allí y fue corriendo directa a la cantina, a ver si se lo volvía a encontrar. No fu el caso. Pero el viaje no fue en balde ya que logró aprender el fascinante baile que había visto bailar a la gente de allí.

Así se pasó las siguiente horas, dando vueltas y meneando el esqueleto hasta que empezó a encontrarse realmente mal y volvió a la casa a ver si con un poco de descanso lograba recuperarse.

CONTINUARÁ...

2 Comments


Verónica Mendez
Verónica Mendez
Dec 08, 2021

Nena!! Q se ha envenenado la niña?! Ay madre q nos quedamos sin fundadora!!! 😱😱

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Kiliara Unia
Kiliara Unia
Dec 08, 2021
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A ver si en el siguiente capítulo consigue la cura o se nos queda ahí como fantasma 😅

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